La inteligencia artificial está transformando la manera en que buscamos información y resolvemos dudas. Herramientas como ChatGPT, Gemini o Grok se han convertido en acompañantes habituales gracias a su rapidez, disponibilidad y facilidad de uso. Sin embargo, a pesar de sus ventajas, especialistas advierten que no es prudente confiar completamente en estos sistemas cuando se trata de asuntos sensibles, especialmente en el ámbito migratorio.
Los trámites de inmigración son un claro ejemplo. Aunque utilizar una IA para obtener orientación puede parecer atractivo por ser un recurso inmediato, gratuito y accesible, abogados y expertos en la materia señalan que puede ser un grave error. Cada caso migratorio tiene características únicas, y un consejo generalizado o una interpretación incorrecta pueden desencadenar problemas que, en algunos casos, no tienen solución.
Riesgos de depender de la IA en procesos migratorios
La abogada de inmigración Natalia Meade explicó a Univisión que plantear las preguntas equivocadas a un chatbot puede “generar complicaciones en su trámite migratorio”. La forma en que operan estas herramientas se basa en ofrecer respuestas construidas a partir de información encontrada en distintos puntos de internet; sin embargo, ese contenido no siempre se interpreta de manera precisa ni se adapta a situaciones individuales.
“En ocasiones, incluso la inteligencia artificial puede confundirse, y la realidad de un caso migratorio puede ser muy distinta a lo que la IA sugiere”, señala Meade. Esto convierte cualquier orientación automática en un riesgo, especialmente cuando la persona se basa únicamente en estas respuestas para tomar decisiones importantes.
Por su parte, la especialista en tecnología Andrea Chimarras explica que, a pesar de que la IA ha permitido mejorar muchos procesos, sigue siendo delicado confiar totalmente en la información que proporciona, sobre todo en asuntos legales o personales.
Una herramienta de apoyo, no una solución final
Meade reconoce que los chatbots pueden servir como punto de partida o como guía preliminar, pero insiste en que no deben sustituir la consulta con un profesional calificado. “Puede ser útil para orientarse un poco, pero siempre es indispensable hablar con alguien que maneje estos casos en la vida real”, afirma.
La recomendación es clara: para trámites migratorios, lo más seguro y responsable es acudir a un abogado o especialista que pueda analizar cada detalle del caso y ofrecer una asesoría personalizada. La inteligencia artificial puede ayudar, pero no debe ser la única fuente de información ni mucho menos la decisión final en un proceso tan delicado.
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