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Honda no se la juega

Las primeras jornadas de pruebas siempre dejan sensaciones difíciles de interpretar, especialmente cuando se trata de un único día de trabajo tras el cierre de la temporada. Aun así, dentro del box del Honda HRC Castrol, las conclusiones fueron unánimes. Joan Mir fue el primero en destacar que la RC213V que rodó en Valencia no incluía grandes novedades, pero sí mostraba “un paquete competitivo”. Minutos más tarde, Alberto Puig team manager del equipo confirmó esa percepción, permitiendo a la fábrica japonesa afrontar el invierno con optimismo.

Aunque Aleix Espargaró ha acumulado numerosas pruebas durante el año y llegó a disputar el último gran premio de 2025 con una versión adelantada de la RC213V 2026, los pilotos oficiales optaron por no utilizar ese prototipo en el primer test de pretemporada. Tanto Mir como Luca Marini salieron a pista con la misma moto con la que cerraron el campeonato, la misma con la que Honda logró abandonar el escalón más bajo de las concesiones. Para Puig, se trató de “un paso adelante”, una señal de que el desarrollo va por el camino correcto y de que no era necesario arriesgar con elementos que todavía no habían sido validados.

Con la supervisión técnica de Romano Albesiano, Honda se centró en evaluar distintas soluciones y en incorporar a la RC213V actual un conjunto de mejoras que generaron buenas sensaciones. “Fue un día productivo, aunque se nos hizo corto por la humedad de la mañana, pero aun así muy positivo”, reconoció Puig en declaraciones a DAZN. El team manager destacó que, aunque el número de novedades era reducido, “todo lo que probamos parece funcionar. La dirección es buena y estamos satisfechos”. Un resultado que, según el propio Puig, les permite plantear de forma más clara los objetivos para la próxima campaña.

Un progreso necesario de cara a 2026

Honda aspira a luchar por entrar en el Top-5 con mayor regularidad, un reto importante ahora que perderán parte de las ventajas asociadas a las concesiones del rango D. “Por eso era tan importante que las pruebas en Valencia fueran positivas. Si subes de rango en las concesiones, pierdes ayudas, pero también demuestra que has mejorado. Hubiera sido peor no obtener resultados con lo que probamos”, explicó Puig. Buena parte del trabajo se centró en el chasis, con el objetivo de mejorar el agarre y ofrecer a los pilotos una moto más manejable.

Para Honda, ese es uno de los últimos detalles pendientes para volver a competir de tú a tú con las fábricas más fuertes. Puig destacó que “cuando confirmas que las soluciones funcionan, puedes mantener una línea de trabajo coherente y preparar lo que viene después”. Esto significa que, si logran dar con la clave mecánica adecuada, solo quedará trasladarlo todo a la pista con constancia y solidez.

El equipo sabe que para pelear entre los cinco primeros “los pilotos no pueden verse obligados a ir al límite en cada vuelta”. De momento, la RC213V muestra una evolución clara, un punto de partida positivo para un 2026 en el que la marca del ala dorada espera volver a situarse en la zona alta.

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